viernes, 11 de junio de 2010

SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En torno al Evangelio del día
El Corazón de Cristo
Hoy cuando celebramos la fiesta del Amor de Dios expresado en el Corazón de Jesús, la Palabra nos regala un relato salido de las entrañas más hondas del Maestro.
Nos habla de un pastor, que tiene muchas ovejas. A ese pastor se le pierde una. Y, según Él, como pastor auténtico que es se va a buscar a la oveja perdida dejando a las noventa y nueve en el campo, alegrándose cuando la encuentra y haciendo fiesta por ella.
Lamentablemente, nuestro actuar suele ser otro: si una oveja se pierde, peor para ella; aseguremos lo que hay, no sea que se pierda alguna más. Y, si la perdida aparece, para empezar tendrá su reprimenda para que no lo vuelva a hacer.
Y es que el Corazón de Dios que va más allá de lo esperado, arriesga lo que hay en favor de lo que puede haber, tiene misericordia con el que se había perdido… porque “más alegría hay en el cielo por un pecador que se convierte, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse”. Así es Jesús, porque así es Dios. En esta solemnidad podemos contemplarle, por dentro: su capacidad de riesgo, su capacidad de acogida, su poder para sacar algo nuevo de cualquier situación.
Cuando se recibe un amor así, cuando uno es acogido de esa manera, todo puede cambiar en la persona. Y desde ahí, se puede vivir una existencia renovada que dé sus frutos.
Hoy estamos todos de fiesta. Porque en el Corazón de Jesús nos ha tocado y nos sigue tocando de cerca el Corazón de Dios.







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